Sites Grátis no Comunidades.net

ANÚNCIOS, INFORMAÇÕES E SAÚDE


src="http://www.uddshop.com/afiliados/view_t=rand&d=336x280&af=33399">
Total de visitas: 57781
ARTIGOS SOBRE A AIDS

Outra visão da AIDS

src="http://www.uddshop.com/afiliados/view_t=rand&d=200x200&af=33399">



Um engano não se torna verdade
por meio de ampla divulgação,
nem a verdade se torna um engano
porque ninguém a enxerga.
M.K.Gandhi

A TAPS possui o maior acervo de livros, vídeos e fitas cassete na América Latina sobre a visão dissidente da hipótese do HIV / AIDS.

As condições que permitiram a evolução de todo o dogma da AIDS estão sendo repensadas. Cresce o número de cientistas, médicos e publicações que questionam o papel do HIV e até a sua existência. Questionar o HIV significa questionar uma sentença arbitrária de morte. O mito da incurabilidade baseia-se na visão ortodoxa do HIV, uma crendice que sustenta todo o edifício da AIDS. Este edifício está ruindo.

Centenas de HIV positivos do mundo inteiro — que estão com saúde e não tomam a medicação da AIDS — se encontraram com médicos e cientistas de diversos países no Congresso pela Vida, em 2002, em Barcelona, compartilharam fatos e pesquisas importantes sobre o HIV e a AIDS que foram omitidos pela mídia. Esta informação mostra que soropositivos podem levar uma vida normal, saudável e produtiva, sem medicamentos tóxicos e caros. Essas notícias tão úteis, cheias de esperança, afirmando a vida, não foram mencionadas por uma única fonte oficial de comunicação.

Se realmente estamos procurando soluções para a AIDS e estamos sinceramente interessados em ajudar os soropositivos, por que, então, estamos ouvindo apenas um lado da história — o lado que promove doença, morte, falta de esperança e medicamentos caros? Para obter as boas notícias que não aparecem na mídia, visite www.QuestionAIDS.com .

A ignorância e resistência frente a uma visão da AIDS que difere dos dogmas oficiais é a única verdadeira crise que existe. Não estamos frente a uma nova epidemia mortal, mas a problemas relacionados com o estilo de vida moderno, com a exploração do medo e com pressões econômicas. Após anos e anos, verbas astronômicas financiam as mesmas pesquisas, preocupadas apenas com o HIV, que é um negócio gigantesco.
Admitindo-se que o HIV não causa a AIDS, é possível ser soropositivo e ter saúde perfeita. Separar o HIV da AIDS permite enfrentar a destruição do sistema imunológico provocada por inúmeras causas.

Somos a primeira geração exposta à intoxicação por enorme poluição química, eletromagnética e psíquica na vida diária.


Somos a primeira geração que come tantos alimentos industrializados — alimentos que perderam os nutrientes para aumentar sua durabilidade e simplificar a vida moderna.


Somos a primeira geração que sofre o impacto violento das drogas e da quimioterapia cada vez mais agressiva. "Não é o vírus na ponta da seringa que vai matar você, é a droga que está dentro dela!" Peter Duesberg.


Os problemas de saúde que aparecem dessa forma podem ser curados evitando as causas reais e eliminando as toxinas acumuladas no organismo. É preciso melhorar a defesa imunológica e tratar apenas a doença específica que, eventualmente, aparece.
"O mais importante é nunca parar de questionar"

Acima de tudo, é indispensável pesquisar, questionar, discutir tudo que já foi dito e escrito a respeito da "AIDS" e dos tratamentos apregoados. Cada um deve formar a sua própria opinião.

Aquele que quer ajudar o soropositivo indicando medicamentos contra um "vírus" tem a intenção de fazer o bem... Em algum lugar encontramos esta frase na parede: "Vou ajudar você a sair da água para que não se afogue!", disse o macaco e, cuidadosamente, colocou o peixe sobre um galho bem seguro.


Advogado venezuelano denuncia prática sistemática de genocídio
pela indústria da HIV / AIDS
Segue o texto recebido por e-mail

Dr. Germán Mundaraín
Defensor del Pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.

Acudo a la Defensoría del Pueblo para plantear una situación que considero violatoria de derechos constitucionales. Solicito entonces los buenos oficios de la Defensoría para resolver los derechos infringidos.

Describo a continuación la situación en forma breve, aunque completa:
Las trasnacionales farmaceutas desde hace dos décadas han venido realizando un genocidio sistematizado por medio de la industria del VIH-SIDA, este no es mas que uno de los tantos ocultos planes de control demográfico aplicados por el imperio, para mantener en sus manos el dominio de la población mundial. Los Medios de Propaganda, comúnmente llamados Medios de Información, son la principal arma ejecutora de este plan, los cuales se han encargado de difundir un falso paradigma científico, manteniendo censurada la voz de innumerables catedráticos donde se encuentran alistados pioneros de la ciencia moderna que han alcanzado obtener reconocimientos emblemáticos por prestigiosas instituciones de la ciencia mundial.

Lo son los Doctores: Kary Mullis (Estadounidense, Premio Nóbel de Química en 1993, por la creación de la técnica de Reacción en Cadena de Polimeraza -PCR-, esta permite a los científicos tomar una muestra que contenga solamente una mínima cantidad de ADN y replicar esta secuencia hasta conseguir millones de copias; es paradójico que una de las primeras aplicaciones de la PCR fue detectar el VIH, cuando el propio Doctor Mullis establece que esta técnica no sirve para medir carga viral alguna, y mucho menos de un virus nunca aislado), Peter Duesberg (Estadounidense, Miembro de la Academia Americana de Ciencia desde 1985), Nhora Mernino (Jefe del Laboratorio de Patología y Laboratorio Clínico de Santa Fe de Bogotá, Colombia), David Rasnick (Estadounidense, Especialista con 20 años de experiencia en el diseño de Inhibidores de Proteasa Artificiales), Roberto Giraldo (Colombiano, Doctor en Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas por la Universidad de Antioquia y Master en Medicina Clínica Tropical por la Universidad de Londres; autor del libro "SIDA y los Agentes Estresantes") , Estefan Lanka (Ph. D. en Fisiología de Plantas, Patología de Plantas y Filosofía, en la Universidad de Konstanz, Alemania, ha realizado estudios de Biología Molecular sobre la relación estable entre virus y huésped, aísla el primer virus de un alga eucatoria marina: el Ectocarpus Silicosus Virus; varios artículos científicos publicados, por ejemplo, en la prestigiosa revista Virology), Elenis Papadopulos (Biofísica del Royal Perth Hospital, de la Universidad de Australia), Helman Sabdi Alfonso (Genetista, Autor del libro "El Gran Fiasco: El VIH no es la cusa del SIDA", Director de Investigación de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, Colombia), entre otros, que difieren de la hipótesis VIH = SIDA quienes proponen replantear las causas de este síndrome, puesto que según sus informes y declaraciones nunca se ha comprobado científicamente la existencia del VIH.

No obstante cabe resaltar que los "medicamentos" oficiales utilizados por la industria farmaceuta llamados cócteles para el sida o retrovirales son sustancias deletéreas capaces de matar, su toxicidad a sido advertida por voceros de las fabricas encargadas de su elaboración, quienes informan que dichos compuestos contienen un alto grado de toxicidad, señalando los graves efectos secundarios que se le generan a los pacientes, los cuales son fácilmente equiparables a la sintomatología atribuida a la conjunción VIH/SIDA. Esto lo han demostrado y corroborado muchas víctimas la gran mayoría de ellas están muertas. Por otro lado los tests utilizados para detectar la presencia de este supuesto virus "VIH" no tienen ninguna validez, esto está demostrado por dichos científico en muchas oportunidades siendo mi persona una prueba fehaciente de esta situación por cuanto fui diagnosticado de poseer el virus del sida en el año 2001 obteniendo posteriormente en el 2003 resultados negativos en dichos exámenes, a pesar de no tomar ningún tipo de medicamento y de ser catalogados estos como métodos totalmente fiables para detectar la presencia del VIH.

El SIDA es un síndrome no una enfermedad. Eso es algo por definición que todo el mundo debería saber, pero que dicha Industria procura confundirlo constantemente llamándolo "enfermedad" para poder justificar la existencia de una epidemia o pandemia en los "países en vías de desarrollo". Es un tema delicado y difícil de entender por cuanto se trata de terrorismo científico, basado en la maniobra de estructurar una creencia soportada en premisas científicas falsas, para justificar la venta de medicamentos venenosos encargados de intoxicar paulatinamente a sus victima, haciendo que de esta manera se desarrolle el síndrome toxico nutricional conocido como el SIDA.

Ahora bien con respecto al Estado venezolano, por medio de sentencia emanada de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo (1997) y ratificada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (2001), se constriñe a el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), a entregar regular y periódicamente los medicamentos denominados Inhibidores de la Transcriptaza e Inhibidores de la Proteasa entre ellos el AZT (conocidos como retrovirales o cócteles para tratar el SIDA), a todos los ciudadanos a quienes les haya sido diagnosticada la enfermedad VIH/SIDA en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela.

Dejando de esta manera expuesto a estos ciudadanos que han sido diagnosticados por medio de exámenes fraudulentos, padecer de un virus mortal que no se ha podido demostrar científicamente su existencia, prescribiéndole como única salida a su problema un veneno que esta siendo utilizado como estrategia para exterminar los pueblos mas olvidados del planeta como son los pueblos del sur.

Le recomiendo por favor visite las siguientes páginas Web donde se puede soportar mi argumentación: www.robertogiraldo.com www.rethinking.org/aids/NYRethinkingAIDSSociety.html, www.duesberg.com www.laverdaddelsida.com www.free-news.org www.sida-informatica.info En esta ultima dirección podrá conseguir mi tesis de grado en la cual se realiza el análisis de "RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ENTES ENCARGADOS DE AUTORIZAR, COMERCIALIZAR Y PRESCRIBIR AZIDOTIMIDINA (AZT)" la cual se encuentra en el link denominado "denuncias, demandas y novedades noticiosas" mi nombre es Luis Antonio Franco soy Abogado egresado de la Universidad Fermin Toro en Barquisimeto Edo Lara. Por medio de la presente hago en cumplimiento de mi deber como ciudadano venezolano haciendo uso de los medios establecido por la Constitución Bolivariana de Venezuela para defender, resguardar, y proteger los intereses denuesta nación con el fin de subsanar la situación infractora de derechos humanos que están siendo violados tanto en nuestro país como en la mayoría de nuestros pueblos hermanos.

En razón de lo anterior, solicito apoyo de la Defensoría del Pueblo para la restitución de los derechos afectados. Más específicamente, espero de la Defensoría:
Tome las medidas pertinentes para impulsar la investigación judicial con el fin: A) Establecer la responsabilidad penal de los sujetos activos de este delito que esta siendo continuado en el tiempo, afectando la salud y cobrando cada día mayor número de vidas. B) Detener la prescripción y suministro gratuito de los venenos utilizados como forma de comisión de dicho delito. C) Resarcir a las victimas con la indemnización correspondiente al daño que se les a ocasionado por ser sometidos al escarnio publico y a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción por medio de lesiones graves a su integridad física y mental, que han provocado incluso la muerte de los mismos. Por ultimo tomar las medidas necesarias para informar y educar a la población en general de las verdaderas causas del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, para eliminar de una vez por toda la situación de terror enmarcada tras el fenómeno del SIDA.

Atentamente,
Luis Antonio Franco Orozco, Abogado
“A AIDS não é doença infecciosa”

Entrevista com Dr. Roberto Giraldo,
Presidente do Grupo para a Reavaliação Científica da AIDS

A AIDS (sigla em inglês da síndrome da imunodeficiência adquirida) não é uma doença infecciosa; não é causada por vírus e não se transmite por via sexual. Admitir a existência de um vírus – que até o momento não foi possível isolar – como origem da AIDS é negar as verdadeiras causas de uma infinidade de sintomas e patologias que a indústria médica decidiu chamar de AIDS, como são as enfermidades da pobreza e o enfraquecimento do sistema imunológico da raça humana. Admitir isso é questionar não só a origem de uma doença, como também grande parte dos problemas sanitários mundiais. A solução para a grande maioria desses problemas não depende de novos medicamentos e vacinas, mas de uma política justa, ética e solidária, hoje inexistente. Em linhas gerais, essas foram as conclusões apresentadas pelos cientistas dissidentes da versão oficial da AIDS no Encontro Internacional para a Reavaliação Científica da AIDS, organizado pela Asociación de Medicinas Complementarias, ocorrido em Barcelona, na Espanha, no mês de julho de 2002. O encontro, ignorado completamente pelos meios de comunicação, aconteceu paralelamente à Conferência Internacional da AIDS, patrocinada fundamentalmente pelas indústrias farmacêuticas. Como era de se esperar, as conclusões da Conferência sugeriram a promoção de novos medicamentos – e colossais investimentos para a pesquisa de uma hipotética vacina – como o único tratamento para as mais de seis milhões de pessoas afetadas.

O Doutor Roberto Giraldo, ex-catedrático de Imunologia da Faculdade de Medicina da Universidade de Antióquia, na Colômbia, e presidente do Grupo para a Reavaliação Científica da Hipótese do HIV-AIDS, denunciou uma vez mais, e com coragem, como o complô entre governos e indústrias farmacêuticas está pondo em perigo a sobrevivência do ser humano, com suas ações equivocadas, inverossímeis e terrivelmente mortais. Atualmente trabalha no Laboratório de Diagnóstico Molecular do New York Hospital Cornell Medical Center, de Nova Iorque. Ayda Ardila, da equipe de redação do boletim da Associação VIDA SANA de Barcelona, Espanha, entrevistou Dr. Roberto Giraldo.

Dr. Roberto Giraldo, o que é a AIDS?
É o estado máximo de degeneração a que um ser humano pode chegar. Antes da AIDS havia muitas doenças e muitas condições que indicavam que os tecidos, órgãos e sistemas do corpo humano estavam se deteriorando, mas com a AIDS falamos de um colapso de todos os sistemas e não somente do imunológico. É um sinal de alerta que nos indica que, pela primeira vez na história da humanidade, nossa espécie corre perigo de extinção.


Quais são as manifestações clínicas da AIDS?
Nem todo aquele que apresenta reação positiva nos exames do HIV (Human Immunodeficiency Virus) tem AIDS. Uma pessoa tem AIDS quando está doente, quando já tem as manifestações ou sintomas de que seu sistema imunológico está em colapso e muitos de seus órgãos estão sofrendo as conseqüências do estresse devido a tóxicos. O sistema imunológico nos defende de infecções, de tumores e coordena todos os órgãos e funções do corpo humano. Ocorrendo a falência desse sistema, o indivíduo é vítima de inúmeras infecções que atentam contra sua vida, como pneumonia, toxoplasmose, criptococose e candidíase. Aparecem tumores, como o sarcoma de Kaposi, que é um tumor de vasos sanguíneos que começa na pele e penetra nos pulmões, fígado e vias digestivas. Não podendo o sistema imunológico controlar todos os órgãos do corpo, o indivíduo sofre demência, enfraquece, perde a visão, envelhece, tem diarréia... Mas cuidado: nem todo aquele que padece de alguma dessas infecções tem AIDS. Para que haja AIDS, é preciso que ocorram muitas infecções ao mesmo tempo.

E quanto à transmissão sexual?
A AIDS não é uma infecção. Portanto, não se adquire mantendo relações sexuais com outra pessoa. Trata-se de uma doença tóxica e nutricional. Aconselho àqueles que padecem de AIDS a se informarem bem, pois existem dois lados na história da AIDS. Há o lado dos pesquisadores e defensores do HIV como sendo a causa da AIDS e há outro grupo de pesquisadores, jornalistas e ativistas de todo o mundo, além de gente comum, que acreditam, com base nos argumentos científicos disponíveis, que a AIDS não é uma doença infecciosa, não é causada por vírus, nem se transmite sexualmente.

E o sexo seguro?
Não há nenhum inconveniente em manter relações sexuais com uma pessoa portadora do HIV, porque não há nada a ser transmitido. O que é grave é fazer sexo com uma pessoa e usar drogas, porque isso vai deteriorar o sistema imunológico. O mito da transmissão sexual é tão difundido, que existem seis bilhões de pessoas no planeta que acreditam nisso e têm pânico de sexo! É preciso recuperar a vida sexual como uma das atividades fundamentais do ser humano, porque esse mito está criando problemas para as gerações futuras.

Não se deve esquecer do uso do preservativo...
Deve-se usar o preservativo para a finalidade que sempre teve: evitar a gravidez e o contato com o sêmen, pois está demonstrado que, quando se está doente, o sêmen é um agente biológico que reduz as defesas. O uso da “camisinha” evita a transmissão de doenças sexualmente transmissíveis como a sífilis, a gonorréia... O preservativo não serve para evitar o contágio de um vírus que não existe!

E quanto à transmissão por transfusão de sangue, uso de seringas ou pela mãe ao feto?
Há uma crença generalizada de que a doença é causada pelo HIV. Mas nada disso foi comprovado cientificamente e trata-se somente de um mito. Ao fornecerem gratuitamente seringas aos usuários de drogas, os governos estão não só promovendo a toxicomania, como também aumentando o tráfico. É preciso dizer a verdade aos usuários de drogas: está comprovado cientificamente que o uso de drogas por longos períodos destrói o sistema imunológico e provoca AIDS.

Qual é, então, a causa da AIDS?
Na verdade há cinco agentes ou tóxicos que deterioram o sistema imunológico e causam AIDS.
agentes de origem química: drogas, contaminação ambiental, antibióticos, detergentes...;
agentes físicos: o ruído, viver em grandes alturas ou em grandes profundidades, o campo eletromagnético a que estamos submetidos pela criação cada vez mais freqüente de aparelhos elétricos, geradores de pequenas radiações, que, com o tempo, vão minando o sistema imunológico;
agentes biológicos: tudo aquilo que entra no corpo com vida, como o sangue, as vacinas, o sêmen...;
agentes mentais: a própria histeria de pânico à AIDS está criando estresse — de fato, há pessoas que fazem os exames todos os meses até sair positivo, pois está comprovado que o estresse produz grande aumento de anticorpos poliespecíficos no sangue, os quais provocam uma reação positiva nos exames, mesmo não havendo nenhuma infecção — a ansiedade, a depressão, viver negativamente...;
agentes nutricionais: o excesso de comida errada ou a falta de comida saudável. Nos países pobres, a AIDS é causada por fome, porque não se come o suficiente para satisfazer as necessidades do organismo.
Mas a fome existe há muitíssimo tempo na África...
Sim, mas antes a África e os países pobres nunca haviam sido tão pobres como agora — e tudo tem limites. A renda per capita está diminuindo. Hhá cada vez menos dinheiro para comprar o básico, cada vez se come menos. A falta de comida está fazendo com que as crianças nasçam menores, cresçam menos e que a expectativa de vida diminua... Isso indica que a pobreza não é a mesma de sempre e que o corpo já não agüenta mais! As pessoas na África têm fome, desnutrição, parasitos e falta de higiene em decorrência da pobreza a que estão submetidas. Por isso é que lá há tantos casos de AIDS.

Por que persiste o mito da transmissão da AIDS?
Na década de sessenta começou um movimento de libertação que levou ao exagero de certos direitos, dando lugar a orgias e ao consumo excessivo de drogas durante o ato sexual, entre as quais, os poppers (nitritos de amila e butila), usados como afrodisíacos que estimulam o desejo sexual e produzem o relaxamento de alguns esfíncteres do corpo humano, permitindo a penetração de objetos grandes no reto ou outros orifícios. Os primeiros casos de AIDS, em 1981, apareceram num grupo de homossexuais de Los Angeles, que realizavam esse tipo de práticas anormais. Enfatizo a caracterização de anormais, porque é preciso esclarecer que a homossexualidade nunca foi causadora de doença; é uma forma de vida que existe há milhares de anos e tão comum e regular quanto a heterossexual. Foi então que o CDC – Centro de Controle das Doenças dos Estados Unidos — cometeu um tremendo erro: não se perguntou o que tinha acontecido com essas pessoas. Os pesquisadores determinaram que, como era um grupo de homossexuais, a AIDS era uma doença de transmissão sexual.

Sem comprovação científica?
Quando se recorre a pesquisas científicas para encontrar a causa dessa transmissão, não se acha nada que confirme tal afirmação. Trata-se de um boato que foi crescendo graças aos meios de comunicação.

O CDC é culpado desse mito?
Sim, e continuarei fazendo essa afirmação ainda que me digam que estou fazendo uma acusação muito grave, por ser cidadão americano. Fui vítima de muitas perseguições pelos órgãos de saúde do governo americano. Pediram minha destituição do hospital onde trabalho, fizeram contra mim toda sorte de ofensas em razão do que tenho dito, mas estou convencido de que alguém tem que levantar a voz em defesa das pessoas e continuarei denunciando que o CDC criou um mito e está atentando contra a saúde e o bem-estar das pessoas em todo o mundo.

Por que os grupos dissidentes são um perigo para os governos, indústrias farmacêuticas, Banco Mundial...?
Os dados científicos indicam que estamos com a razão e isso é muito grave, porque não há nada em comum entre nosso ponto de vista sobre a AIDS e o dos defensores ortodoxos do HIV. A ciência cometeu um erro muito grave. A AIDS é a doença que, na história da medicina, mais se difundiu. Entretanto, não é a doença que mata mais pessoas no mundo. Estatisticamente é superada pelos acidentes, assassinatos, suicídios, câncer, doenças cardiovasculares, doenças infecciosas... Apesar disso, as pessoas não sabem muito sobre malária ou tuberculose e todo mundo acha que entende de AIDS e de sexo. Alguém provocou um caos para seis bilhões de pessoas e, quando o mundo se der conta disso, será muito embaraçoso e não vão perdoar alguns pesquisadores do governo por essa colossal mentira.

Aproxima-se um caos mundial?
Há implicações políticas sérias porque, uma vez descoberta a verdade, quem vai acreditar de agora em diante nos governos do mundo? Quem vai acreditar nas companhias farmacêuticas, que estão produzindo drogas para matar um vírus que nunca foi visto? Certamente haverá um caos, mas nós, dissidentes, pensamos que os problemas graves têm soluções. Estamos apenas mostrando a verdade ao mesmo tempo em que torcemos para que isso não seja muito violento nem caótico.

Mas há outros interesses...
Há quatro anos, quando fui à Conferência Mundial da AIDS, em Genebra, percebi que, junto aos estandes das indústrias farmacêuticas e das ONGs, havia um estande muito grande do Banco Mundial. Perguntei-me o que aquela instituição estava fazendo lá. Muito simples: o Banco Mundial lançou vários livros sobre a AIDS e está oferecendo empréstimos aos países pobres para que comprem medicamentos das companhias farmacêuticas americanas para tratar de um vírus inexistente, medicamentos que, em vez de curar, aceleram a morte do doente.

Qual a sua opinião sobre os medicamentos para pacientes de AIDS?
Diz-se que a AIDS é uma doença viral. Mas, como todos os medicamentos contra vírus são terrivelmente tóxicos, não temos medicamentos para a poliomielite, hepatite B e A, dengue e outras doenças autenticamente virais. A uma pessoa que tem poliomielite, não se pode dar um tratamento para acabar com o vírus da pólio, porque isso acabaria matando essa pessoa e a medicina tem conhecimento desse fato há mais de cem anos. Por isso, chama a atenção que agora os pesquisadores das companhias farmacêuticas tenham resolvido desrespeitar um século de conhecimentos sobre a virologia e estejam inventando medicamentos para tratar de um vírus que nunca foi visto, nem isolado, nem cultivado. O vírus da pólio existe, como o da hepatite, da dengue..., mas o da AIDS, ainda precisam nos mostrar! A imagem do vírus que apresentaram na conferência oficial na da mais é do que uma criação virtual.

Como curar a AIDS?
Os medicamentos são terrivelmente tóxicos e as próprias indústrias farmacêuticas fazem essa advertência nas bulas para se eximirem de toda responsabilidade. Nós, dissidentes, insistimos que a AIDS pode ser curada com medicamentos não-tóxicos, que resultam em cura definitiva, e não com antiviróticos, que destroem os tecidos do organismo e provocam a morte do paciente. Quando isso acontece, os pesquisadores simplesmente explicam que o vírus sofreu mutação e se tornou resistente.

Qual é o tratamento a ser seguido?
Para os que não estão tomando medicamentos, é muito fácil: devem ficar longe de todos os agentes tóxicos que já mencionamos. Para aqueles que tomam medicamentos, sugiro que não os suspendam de um dia para o outro, pois existe o efeito placebo: a pessoa pode estar tomando esses medicamentos e acreditar que lhe fazem bem e essa crença lhe fará bem por um longo tempo. Se o uso do medicamento é suspenso e a pessoa se sente insegura, nesses dias pode sofrer um colapso do sistema imunológico e morrer. Primeiramente é preciso informar-se bem e ir diminuindo gradativamente o uso, com o acompanhamento de um profissional da saúde. Na medicina natural, por exemplo, são feitos excelentes tratamentos de desintoxicação, porque uma pessoa que tem AIDS (ou é soropositiva) está simplesmente intoxicada, oxidada, mas não infectada .

A solução é a desintoxicação?
Sim, e posteriormente os órgãos e sistemas enfraquecidos devem ser estimulados pelo uso de vitaminas C, A e E, que são fortes antioxidantes. Se a pessoa é muito pobre, só a vitamina A é suficiente, pois até os defensores do HIV têm demonstrado que, se uma mãe tem bom nível de vitamina A no sangue, o filho jamais nascerá com AIDS, nem se tornará soropositivo. Mais que isso: se um soropositivo tiver níveis normais de vitamina A no sangue, nunca terá AIDS. Se o orçamento não é suficiente para comprar vitaminas, será preciso comer cenoura, frutas e verduras frescas que contenham muito caroteno, que são uma boa fonte de vitamina A. Portanto, a pessoa pode se curar facilmente e de forma pouco dispendiosa e, uma vez curada, pode ter uma vida normal.

Referências:
Dr.Roberto Giraldo, Sida Y Agentes Estresantes, Editorial de La Universidad de Antioquia, Colombia. Em sua pesquisa, o Dr. Giraldo destaca as principais contribuições científicas de Peter Duesberg e do Grupo de Perth dirigido por Eleni Papadopulos-Eleopulos.
robgiraldo@aol.com

Dr. Etienne de Harven, França. Especialista em microscopia eletrônica. Detalha razões científicas segundo as quais Luc Montagnier, Roberto Gallo e Jay Levy nunca isolaram o chamado HIV. Oferece detalhes técnicos para explicar porque não existe uma fotografia de microscópio eletrônico do suposto vírus da AIDS.
pitou.deharven@wanadoo.fr

Na Conferência Internacional da AIDS, o proclamado descobridor do vírus da AIDS, Roberto Gallo, apostou nos inibidores de fusão
como a nova alternativa contra a AIDS.
Deu aval ao medicamento apresentado durante a Conferência, o T20, que será comercializado pela indústria farmacêutica Gilead Sciences, com o nome de Viread, para o qual o Ministério da Saúde espanhol já deu sua aprovação. Como diriam os dissidentes da AIDS: “Viread, um novo tóxico para matar os doentes de AIDS”.



Um caso de AIDS por AZT?

Em junho de 1995, Kris Chmiel, de 30 anos, não tinha sintoma algum de AIDS quando seus médicos em Denver diagnosticaram queera soropositiva, após um teste para gestantes obrigatório no Colorado. Ela fez o teste apenas para cumprir a exigência da lei, que obriga as gestantes a fazerem o teste do HIV. “Eu estava ótima”, ela explica. “Não havia razão alguma para pensar que tinha AIDS ou o HIV. O único motivo de eu ter feito o teste foi o Colorado ter acabado de aprovar uma lei obrigando todas as mulheres grávidas a passarem pelo teste.” Ela ainda não apresentava nenhum sintoma de AIDS quatro meses mais tarde, em novembro de 1995, quando os médicos a convenceram a começar um ritual que seria para a vida toda: consumir 100 mg de AZT cinco vezes ao dia.

Kris também não apresentou sintomas de AIDS durante os outros cinco meses de gravidez, enquanto tomava o AZT. Mas, cinco meses mais tarde, em outubro de 1996 — após dez meses de terapia com AZT — começou a desenvolver muitos problemas crônicos: diarréia, náusea, cansaço, febre, sintomas de gripe e suores noturnos. “Eu me sentia como se tivesse uma terrível gripe que não ia embora”, ela lembra. “E tinha uma infecção atrás da outra”. Na consulta seguinte, depois de estar doente durante um mês, os médicos responsabilizaram o HIV por tudo.

“Disseram que o HIV tinha se transformado numa forma resistente ao AZT”, lembra Kris. De acordo com eles, estava com AIDS. Então decidiram acrescentar à terapia um outro antivirótico — o 3TC. Seus problemas relacionados com AIDS pioraram imediatamente. E não era para menos. Todos os análogos nucleosídeos bloqueiam não só o DNA do retrovírus, como também o DNA humano. Assim, eles matam células imunológicas, glóbulos vermelhos, o revestimento do trato digestivo, células fetais e o mitocôndrio — as “fábricas” no interior das células que produzem energia. Kris continuou tomando os medicamentos, porque supostamente suprimiam o que ela achava ser a causa do seu maior problema: o HIV. Nunca chegou a pensar que a causa da AIDS poderiam ser os medicamentos e não o HIV.

Os medicamentos acabaram em dezembro de 1996, mais ou menos dois meses após o início dos sintomas (aos 12 meses de terapia com AZT). “Não renovei as receitas”, ela conta. “Minha pele estava ficando amarela. Eu sabia que isso era dos medicamentos. Meu pai teve icterícia antes de morrer por falência do fígado, provocada pela medicação para o coração. Portanto, eu sabia como era a icterícia e sabia que medicamentos para salvar de um problema podem matar destruindo o fígado”.

Como os medicamentos não estavam melhorando os problemas da AIDS, Kris achou melhor desistir de tomá-los e ter só AIDS em vez de AIDS e icterícia.

Mas o impossível aconteceu. “Comecei a me sentir melhor quase que imediatamente. Em poucos dias, tinha mais energia. Parei de sentir enjôo. Em janeiro de 1997, todos os sintomas desapareceram. E não fiquei mais doente desde então”. Isso foi há um ano e meio. “Acho que nunca tive problemas por causa do HIV”, diz ela a respeito dos sintomas que os médicos diagnosticaram como AIDS. “Acho que tive envenenamento por AZT. Não acredito mais que o HIV provoque AIDS ou qualquer outra coisa”.

Kris levou apenas 10 meses para desenvolver “AIDS” generalizada enquanto tomava AZT. Como a “AIDS” desapareceu dias após o término dessa terapia e Kris permaneceu saudável durante o ano e meio em que não tomou medicamentos “anti-HIV”, seu caso confirma a visão de que a AIDS resulta da ingestão de medicamentos e não de uma infecção pelo HIV.

Sua filha Raquel foi testada com seis semanas e aos seis meses de vida; em ambas ocasiões, o resultado foi negativo. Raquel nasceu sem sintomas de AIDS e continua bem até hoje. Kris não seguiu a prescrição de dar AZT líquido e Septrim ao bebê. “Parei de dar depois de 3 dias”, diz. “Não me senti bem fazendo aquilo. Fico feliz por Raquel não ter morrido por causa do AZT que tomei durante a gravidez. Os médicos querem fazer novos testes, mas eu não me importo mais com o HIV. Não estou preocupada em saber como está o seu HIV. Estou apenas preocupada com possíveis efeitos tardios do AZT com que ela foi envenenada enquanto eu estava grávida”.

Apesar de Raquel nunca ter tido sintomas de AIDS, nasceu com megalocefalia. “Está na faixa dos 120%”, diz Kris.

Tomando uma atitude
Kris Chmiel tornou-se um membro ativo do grupo HEAL(1) de Denver e lidera a ação que a rede impetrou para anular o teste obrigatório de HIV para as gestantes do Colorado. “Os médicos me assustaram e me convenceram a tomar o AZT dizendo que ele diminuía pela metade a probabilidade de que meu bebê nascesse soropositivo”, explica. “Mas isso só acontece ao custo de envenenar com AZT todas as crianças de mães soropositivas. Mesmo que o HIV causasse a AIDS, isso não faz sentido. Li num estudo (Kumar, Journal of AIDS 7:1034, 1994) que 23% de 104 grávidas que tomavam AZT tiveram abortos espontâneos, precisaram de abortos terapêuticos ou tiveram crianças com defeitos congênitos, como a minha”.

Kris está zangada com o zelo com que os médicos empurram o AZT e outros medicamentos “anti-HIV”, altamente tóxicos, para seus pacientes soropositivos. Em reuniões públicas, ela informa sobre a toxicidade do AZT e de outros medicamentos que provocam sintomas de AIDS; ela informa sobre a natureza inofensiva do HIV e o caráter não-infeccioso da maioria dos problemas relacionados à AIDS.

Kris acha que ninguém devia fazer testes para o HIV. “Os médicos querem testar Raquel mais uma vez. Os testes com 6 semanas e 6 meses foram negativos. Dizem que não podem estar seguros até os 18 meses, que é sua idade atual. Deixei que testassem antes de saber o que sei hoje. Agora, não vou mais ser tão boba! Não vou deixar eles porem a mão em Raquel outra vez”.


HIV AIDS
Uma mentira bilionária e assassina

Nos dias 22 e 23 de junho de 1989, foi realizado, no Minascentro, em Belo Horizonte, o 4º Seminário Internacional sobre AIDS. Especialistas dos EUA, da França e do Brasil apresentaram seus conceitos para três mil pessoas, entre profissionais ligados à área e curiosos. O Prof. Peter Duesberg foi a grande atração do seminário, por defender a tese de que o HIV não é o responsável pela AIDS.

Segundo o professor Duesberg, a AIDS é provocada por um desgaste excessivo do organismo, proporcionado por comportamento que degrada a saúde e causa a deficiência de imunidade. Com exceção dos hemofílicos, que adquirem a imunodeficiência por hereditariedade, os homossexuais, prostitutas, presidiários, pessoas do meio artístico etc., estão coerentemente vinculados a um “grupo de risco”, por terem, em comum, maus hábitos comportamentais em relação à saúde, podendo levá-los a adquirir a AIDS. Porém, a doença não é contagiosa e evolui espontaneamente para a cura, com a simples inversão desses hábitos, afirma Duesberg. Segundo ele, existe uma indústria da AIDS que, além de impedir a divulgação da verdade, alimenta o terror pela doença com a intenção de ampliar a venda de seus produtos.

No domingo anterior ao evento, o programa Fantástico, da rede Globo, apresentou uma reportagem sobre o Prof. Duesberg e sua teoria, na qual ficava clara a intenção de desacreditá-lo perante a opinião pública brasileira, o que, com certeza, deu resultado, considerando o ar de ceticismo que pairava sobre a platéia lotada do Minascentro enquanto o cientista expunha os argumentos de sua tese.

Outro fato curioso ocorrido durante o seminário foi a repentina mudança de opinião do Prof. da Faculdade de Medicina da USP, Ricardo Veronesi. No primeiro dia, ele defendeu ferrenhamente as idéias do Prof. Duesberg, citando a questão judicial entre EUA e França (os norte-americanos não queriam registrar os testes franceses), como uma evidência da existência da indústria da AIDS. Chegou também a acusar nominalmente Robert Gallo, descobridor do HIV, de ter montado um laboratório para lucrar com a venda de kits de teste. Já no segundo e último dia do seminário, o Prof. Veronesi praticamente chamou o Prof. Duesberg de louco. Disse que ele já estava "queimado" nos EUA e que, se não cedesse, ficaria desacreditado perante a comunidade científica brasileira.

Alemão radicado nos Estados Unidos, biólogo molecular da Universidade da Califórnia, o Prof. Peter Duesberg era considerado por seus colegas um dos maiores virologistas do mundo e foi eleito, em 1986, para uma seleta cadeira na Academia Nacional de Ciências americana. No ano seguinte, após tornar pública a sua tese, perdeu a dotação da verba de pesquisador emérito (da ordem de 500 mil dólares anuais) e colocou em risco sua reputação e carreira. Atualmente, passa metade do ano na Alemanha e, apesar de ter perdido o financiamento para suas pesquisas, conta com o apoio de mais de 600 cientistas de vários países (inclusive o de Kary Mullis, Prêmio Nobel de Química em 1993), que acreditam não existirem provas suficientes para atribuir a causa da AIDS a um vírus.

O Prof. Duesberg mantém as mesmas posições em relação à sua tese, desde o final dos anos 80 e possui hoje uma página na internet (www.duesberg.com). Em parceria com seu colega David Rasnick, publicou um artigo na revista Continuum, em 1997, onde ambos afirmam que as drogas anti-HIV, como o AZT, prejudicam a reprodução das células do sistema imunológico — o que explica o fato de pessoas com imunodeficiência não evoluírem para a cura espontânea e o de portadores do HIV, que também consomem esses medicamentos, desenvolverem a síndrome. Ou seja, para eles, os remédios anti-HIV representam “AIDS por prescrição médica”.

O livro "AIDS — Verdade e mito, histórias e fatos", do Dr. Jacyr Pasternak, mostra estudos que comprovam a veracidade da tese do Prof. Duesberg, de que a teoria do vírus é uma farsa inventada e mantida, até hoje, por cientistas ligados a laboratórios multinacionais. A história da AIDS, conforme o livro, começa em 1981, quando o Dr. Gottlieb, de Los Angeles, passou a observar um considerável número de ocorrências de pneumonia grave, fatais, aliadas a um câncer dos vasos sangüíneos que parecia atingir exclusivamente homossexuais masculinos e, em particular, uma subpopulação desse grupo, denominada fast lane. Os homossexuais desse grupo chegavam a ter de mil e quinhentos a dois mil parceiros por ano, o que representa, no mínimo, 4 a 5 relações sexuais por dia.

Considerando o desgaste das excessivas relações sexuais (ainda maior no caso homossexual), aliado aos hábitos deploráveis desse grupo em relação à saúde (vida noturna, má alimentação, uso de drogas injetáveis, álcool, cigarro etc.), pode-se deduzir a que lastimável estado de degradação física chegavam essas pessoas e o quanto estavam debilitados seus sistemas imunológicos. Muitos chegavam à fase terminal sem se absterem de seus hábitos.

Outro quadro de deficiência imunológica foi observado em indivíduos da população subnutrida da África e do Haiti. Casos de imunodeficiência, juntamente com a doença que a acompanhava, eram facilmente diagnosticados, por apresentarem sinais e sintomas típicos e, na maioria das vezes, mesmo na fase aguda, evoluíam para a cura espontânea, com ou sem qualquer tratamento.

Esses relatos fazem parecer óbvio que a síndrome de deficiência imunológica era causada por um desgaste excessivo do organismo, provocado por hábitos que degradam a saúde, ou um “problema comportamental”, termo usado pelo Prof. Duesberg. Todavia, como conta o Dr. Jacyr Pasternak: “naquele momento ninguém sabia muito bem qual a causa da moléstia” (isso é incrível!), então, continua ele, “o Center for Disease Control (órgão de vigilância epidemiológica americano) convoca seus pesquisadores e demais sumidades interessadas no assunto, tentando juntar as informações e coordenar as pesquisas”. Será que, dentre essas “demais sumidades interessadas no assunto”, estariam os laboratórios multinacionais? Haveria, para eles, algum interesse financeiro por uma doença que acabava se resolvendo sozinha, por meio, basicamente, de hábitos saudáveis, sem o uso de medicamentos? Vale a pena lembrar que a indústria química, graças principalmente ao ramo de produção de medicamentos, ocupa hoje o primeiro lugar em faturamento anual entre as demais indústrias do mundo. Mas, voltando à história, foi no fim de 1983 que, quase ao mesmo tempo, pesquisadores franceses e o grupo do Dr. Robert Gallo, dos Estados Unidos, “inventaram” o vírus da AIDS. Pouco depois, surgem os kits de testes, o AZT e outros medicamentos que dão início à indústria da AIDS.

São mais de 20 anos de controvérsias, que propiciaram a formação de uma fortuna incalculável e que causaram milhares de mortes.

Atualmente, pouco ou nada mudou. As controvérsias perduram e quase nenhuma informação verdadeira chega ao alcance da opinião pública mundial, que convive com o espectro da AIDS e acredita na tese dominante — uma mentira bilionária e assassina. Diante do impasse, profissionais inescrupulosos buscam justificativas paliativas que mantêm vivo o empreendimento. Apesar de existirem 4.000 casos registrados de AIDS sem a presença do vírus HIV, Avidan Neumann, cientista israelense, chama o Prof. Duesberg de anacrônico e diz que, hoje, quando o RNA (código genético) do vírus é encontrado no organismo, a doença está detectada, podendo iniciar-se o tratamento.

Em julho de 2000, o presidente da África do Sul, Thabo Mbeki, promoveu um debate, em Durban, sobre o HIV como causa da AIDS. O Prof. Duesberg foi convidado para discutir sua teoria com mais 30 cientistas e conseguiu convencer o promotor do evento, que acompanhou as explanações dos participantes. Com isso, o presidente sul-africano deixaria de comprar e economizaria dez mil dólares/pessoa/ano em medicamentos anti-HIV, que seriam fornecidos para as mulheres grávidas do seu país — dá para imaginar, rapidamente, a cifra total dessa economia. Três meses depois, foi realizada a 13ª Conferência Internacional sobre AIDS, na própria África do Sul, onde cerca de 5.000 cientistas de 80 países assinaram uma declaração reafirmando a tese de que a AIDS é causada por vírus. A pressão política foi grande e o governo sul-africano acabou permitindo que alguns hospitais passassem a oferecer drogas anti-AIDS para as gestantes.

A revista “Super Interessante” (dez/2000) publicou uma matéria sobre a polêmica causada pela tese do Prof. Duesberg na comunidade científica mundial. Porém, na realidade, a tese de que a AIDS não é causada por vírus raramente é comentada, o assunto parece ser proibido no meio jornalístico, tornando surpreendente até mesmo o fato de terem liberado a publicação dessa tímida reportagem na revista.

A indústria da AIDS movimenta mais de 2,5 bilhões de dólares por ano, só nos Estados Unidos. Por mais que se possa tentar reduzir o valor do cálculo do lucro desse mercado no plano mundial, ele poderá parecer absurdo. Seria mais fácil acreditar na exorbitância do valor da soma, se for considerado que a indústria da AIDS comercializa seus produtos, na maioria das vezes, diretamente com órgãos de governos. Em países como o Brasil e até mesmo em alguns do 1º mundo, onde a corrupção impera, é pouco provável que algum político queira apoiar uma tese científica que possa abalar esse lucrativo negócio, ou que sobreviva no cargo, caso tente. No exemplo citado, da África do Sul, membros do Ministério da Saúde e até Nelson Mandela pressionaram e conseguiram mudar a decisão do presidente Mbeki, de não comprar medicamentos anti-HIV. Talvez nem mesmo Fidel Castro, acostumado a combater forças poderosas e a lidar com todo tipo de represálias, estivesse disposto a enfrentar esse império bilionário.

Na comunidade científica, não é difícil avaliar como e até onde a indústria da AIDS exerce influência, tendo em vista os relatos históricos, o boicote ao Prof. Duesberg e a discriminação aos seus colegas, defensores da sua tese, rotulados de “rebeldes da AIDS”. Difícil é entender como, diante de tantas evidências de uma causa comportamental, pessoas com conhecimento sobre o assunto possam acreditar na contraditória teoria que diz ser a AIDS causada por vírus.

Qual é o grau de comprometimento dos cientistas com os laboratórios multinacionais? E das universidades? E dos médicos, do mundo inteiro? Onde está a ética? Falta coragem, como a que teve o Prof. Duesberg? Bem, diante de um poderio de centenas de bilhões de dólares, uma das boas respostas poderia ser a do virologista americano Dr. Robert Gallo, um dos “inventores” do HIV, quando questionado sobre a polêmica: “A teoria defendida pelo meu ex-colega Duesberg não vale a pena ser discutida”.

Recentemente, o Jornal Nacional, da rede Globo, veiculou uma reportagem (na verdade, um comercial), divulgando dados que apresentam a AIDS como a doença que, atualmente, mais causa a morte de mulheres no Brasil. A ganância dos empresários multinacionais, a corrupção política e da mídia não são novidade, mas quando índices mostram números, como o de 3 mil mulheres brasileiras mortas pela AIDS por ano, o problema ultrapassa o limite da indignação e se torna assombroso. Principalmente considerando-se que a maioria dessas mortes são causadas pelos medicamentos anti-HIV, que bloqueiam o sistema imunológico e que são prescritos pelos próprios médicos, sem necessidade. O fato de ser hemofílico, uma pequena baixa no sistema imunológico ou um teste positivo de HIV (não se deve esquecer quem fabrica os kits de teste) é o suficiente para a pessoa se transformar em um consumidor desses caríssimos medicamentos que proporcionarão a sua morte, convenientemente confirmando a fatalidade da doença.

Casos comoventes, como o do cantor Cazuza e de outras pessoas famosas no Brasil e no mundo, que involuntariamente foram convertidas em marketing publicitário pela indústria da AIDS, levam à reflexão sobre a triste realidade vivida, também, por milhares de ilustres desconhecidos, vítimas da crueldade capitalista. Mas, acima de tudo, evidenciam a incapacidade do homem de pensar por si próprio, afastado da razão e passivamente preso a uma rede de imposturas armadas pelos donos do poder mundial, que sempre, em todos os tempos, só se preocuparam com suas fortunas, impreterivelmente conquistadas às custas de vidas humanas.
_____

As mortes por AZT são assassinatos

Dr. Robert G. Murray

Se acidentalmente alguém ingere um veneno, a morte é um acidente. Fazendo o mesmo de propósito, é suicídio. Se alguém envenena a outro propositalmente é um assassinato, a não ser que seja ordem de um tribunal; neste caso é uma execução.

Portanto, o que acontece com os milhares de americanos que — por exigência de seus médicos — ingerem AZT e outros venenosos medicamentos anti-HIV? Como devemos chamar essas mortes?

Para mim está claro que o HIV não causa nem imunodeficiência, nem algumas das supostas enfermidades da AIDS e que nenhum tratamento é necessário para que as pessoas soropositivas continuem vivendo saudáveis. Além disso, cheguei à conclusão de que o consumo crônico de drogas seja a causa de quase todos os casos de AIDS nos EUA e que os atuais testes de vacinas contra o HIV são inúteis.

Além de matar o inofensivo HIV, o AZT e outros análogos dos nucleosídeos são enormemente tóxicos e destroem as células sadias. Os inibidores da protease do HIV são igualmente perigosos e produzem depósitos estranhos de gordura no pescoço, nos ombros e no abdômen, níveis muito altos de colesterol, ataques cardíacos, um colapso generalizado e um emagrecimento extraordinário das extremidades. A terapia com estes medicamentos é letal se o paciente não interrompe o tratamento.

Como se chama esta classe de envenenamento receitado pelo médico e voluntariamente tomado por um paciente assustado e desinformado? Ao ser receitado, não é um acidente. Como o paciente não deseja morrer, não é suicídio. Logo, a menos que seja ordem de um tribunal, essas mortes me parecem assassinatos. Todo médico deve saber que esses medicamentos são, comprovadamente, venenos mortais. O médico que não compreende isto é incompetente ou negligente.

Nasci em Omaha, onde me formei na Universidade de Nebraska. Durante a II Guerra Mundial (1943-45) fui médico nas tropas de pára-quedistas das operações no Pacífico. Doutorei-me, em 1950, na Faculdade de Medicina da Universidade de Nebraska e fiz dois anos de residência antes de começar a clinicar (1953-1981) em Omaha. Em 1981, mudei para o Lago dos Ozarkse atendi uma comunidade rural até 1986, quando me aposentei.

Em 1987, comecei a me interessar pela "epidemia" da AIDS em Missouri e a reunir dados sobre isso. Fiquei espantado ao ver que 93% dos diagnósticos de AIDS eram limitados aos homossexuais e consumidores de drogas endovenosas. Um telefonema ao retrovirólogo da universidade de Berkeley, Peter Duesberg, orientou-me corretamente . Fracassei em duas ocasiões ao apelar para que os legisladores de Missouri alterassem leis estatais sobre o HIV. Minhas atividades reavaliando a AIDS provocaram uma grave censura pelo ex-presidente do conselho de administração da AMA (Associação Médica Norte Americana), pelo comitê da AIDS da AMA e pela Junta Executiva da Associação Médica de Missouri.

Atualmente, dedico-me a despertar o interesse entre advogados e companhias de seguro pelo aspecto legal de prescrever terapias tóxicas para o HIV.
O erro grave da AIDS
Como foi possível acontecer?

David Rasnick, PhD

Um pesquisador de inibidores da protease analisa como cientistas brilhantes chegaram a considerar doenças comuns, não-infecciosas, como sendo causadas por um vírus inofensivo, e como atribuíram poderes fantásticos e patogênicos a esse vírus.

A hipótese do HIV como causa da AIDS não é apenas o maior erro científico e médico do século XX; é também o maior embaraço. Cheguei à conclusão de que a magnitude desse embaraço representa o maior obstáculo para a exposição dos seguintes fatos simples, claros e óbvios:

a AIDS não é contagiosa;
a AIDS não é sexualmente transmissível;

o HIV não provoca a AIDS;

os medicamentos contra AIDS estão matando pessoas.

É surpreendente que não exista um só estudo na vasta literatura médica e científica mostrando:

a) um grupo de adultos ou crianças soropositivos com vida mais curta ou pior qualidade de vida que um grupo de adultos ou crianças soronegativos, ou

b) um grupo de adultos ou crianças soropositivos que tomem medicamentos contra AIDS com vida mais longa ou melhor do que um grupo similar de adultos ou crianças soropositivos que não tomem esses medicamentos.

Para contrabalançar a reação natural de descrédito, proponho um desafio simples, que deveria minar sua crença nos axiomas centrais da AIDS. Pense no nome de uma ou mais pessoas que, comprovadamente, mostraram que o HIV causa AIDS, ou que AIDS é contagiosa, ou sexualmente transmitida, ou que os medicamentos contra AIDS realmente promovem vida e saúde. A tarefa não é descobrir uma lista de pessoas que fizeram essas afirmações. Essa lista é bem longa. Não, a tarefa é achar os nomes de pessoas que provam que essas afirmações são verdadeiras ou, pelo menos, prováveis.

Estudei a AIDS desde o início e não consegui encontrar nomes nem documentos contendo provas que sustentem os axiomas da AIDS. Na realidade, não conheço uma só pessoa que tenha encontrado os nomes e os documentos.

Por que, então, lemos nos jornais, escutamos no rádio e vemos na televisão a cada dia uma ladainha crescente de horrores sobre a AIDS e estatísticas do HIV? Por que praticamente todos os médicos e autoridades da saúde pública declaram sua lealdade inabalável ao dogma do HIV e aos axiomas da AIDS? A resposta é simples.

A propaganda é uma indústria multibilionária porque funciona. Nos últimos 19 anos, os norte-americanos gastaram com seus impostos mais de 60 bilhões de dólares com a AIDS. É possível comprar muita propaganda com essa quantia. Esses 60 bilhões dos impostos não incluem os bilhões de dólares que a indústria farmacêutica gastou em produtos direcionados à AIDS ou os bilhões de lucro que embolsaram na venda desses produtos. Em comparação, os norte-americanos gastaram 22 bilhões de dólares para colocar o homem na Lua. Esse dinheiro valeu alguma coisa — chegamos à Lua. No entanto, com os bilhões de dólares da AIDS ainda não obtivemos nenhum sucesso.

As dezenas de bilhões de dólares do HIV sustentam os mais de 100.000 médicos e cientistas que construíram carreiras e reputação simplesmente aceitando o dogma do HIV e os axiomas da AIDS. Porém, com esse dinheiro, os 100.000 cientistas e médicos não produziram provas mostrando que os axiomas da AIDS são fatos científicos ou, pelo menos, prováveis de corresponder à verdade. Freqüentemente, Peter Duesberg, o famoso professor titular de Biologia Molecular e Celular da Universidade da Califórnia, diz a respeito dos fundos para a AIDS: "Eles gastariam bilhões para estudar o HIV na Lua, se quisessem, mas não podem gastar 50.000 dólares para provar que estão errados."

Se você acredita que a Ciência se dedica à livre troca de idéias e está empenhada em um debate aberto, você tem que acordar. Uma coisa que os críticos descobrem rapidamente é que os papas do dogma do HIV nunca respondem às críticas específicas sobre os axiomas da AIDS.

Os poucos cientistas que questionam o dogma do HIV e os axiomas da AIDS, rapidamente descobrem que não conseguem mais levantar fundos para suas pesquisas. Para salvar suas carreiras, a maioria deles pára de fazer perguntas embaraçosas e se prostra diante do ídolo de ouro do HIV. Os poucos corajosos (ou teimosos) que defendem seus princípios são forçados a garimpar dinheiro do jeito que for possível para continuar suas pesquisas. No laboratório de Duesberg, por exemplo, dependemos da generosidade de indivíduos ricos, fundações privadas e doações gerais.

Entretanto, mesmo que você obtenha o dinheiro para fazer o trabalho, não vai conseguir publicar os resultados em nenhuma revista científica ou médica americana e não será mais convidado para encontros profissionais. Se você questiona publicamente o dogma HIV, corre o risco de sofrer ataques, acusações de homofobia e de estar desencorajando as pessoas a tomar medicamentos benéficos e usar preservativos.

Com tantas carreiras dependendo do dogma do HIV e dos axiomas da AIDS e bilhões de dólares investidos neles, é fácil perceber o que está em jogo. Se alguns, ou todos os axiomas da AIDS estão errados (e tenho certeza que estão), então estamos diante do maior erro do século XX. Seria preciso coragem e integridade sobrehumanas da parte dos inúmeros membros do governo, diretores dos Institutos Nacionais de Saúde (NIH), Centros para Controle das Doenças (CDC), médicos, cientistas, profissionais da saúde, jornalistas, celebridades e cidadãos comuns para admitir que cometeram um grande erro — que entenderam tudo errado a respeito da AIDS.

Muitos críticos bem informados acham que os bilhões de dólares que estão em jogo são o maior obstáculo para terminar com a insanidade da AIDS. Esse dinheiro é, certamente, uma poderosa arma a serviço do sistema HIV/AIDS. No entanto, penso que são, simplesmente, o sentimento de humilhação e o medo do ridículo o maior obstáculo para o fim desta insanidade. É o medo de estar tão obviamente errado a respeito da AIDS que mantém a boca fechada, o dinheiro fluindo e a retórica da AIDS subindo a picos estratosféricos absurdos.

Os médicos que sabem ou suspeitam da verdade estão envergonhados ou com medo de admitir que os testes do HIV são inválidos e que os medicamentos contra AIDS prejudicam e matam pessoas. Somos ensinados a temer os anticorpos e a acreditar que anticorpos do HIV anunciam uma infecção viral letal a surgir semanas ou anos mais tarde na pessoa, por mais saudável que esteja. Quando você aponta aos profissionais da saúde que os anticorpos são a própria essência da imunidade antiviral, esses argumentos provocam desprezo ou um silêncio perplexo.

Os NIH, os CDC e a Organização Mundial da Saúde estão aterrorizando centenas de milhões de pessoas no mundo inteiro com a política temerária e absurda de equiparar sexo à morte. Ligar o sexo à morte colocou essas organizações numa situação impossível. Seria embaraçoso demais para elas ter que admitir tão tarde que estão erradas, que a AIDS não é sexualmente transmitida. Tal admissão poderia até destruir essas organizações ou, pelo menos, pôr em risco sua futura credibilidade. A autopreservação obriga essas instituições a, não apenas manter, mas até ampliar os erros. Isso ajuda a aumentar o medo, o sofrimento e a miséria no mundo — a antítese de sua razão de ser.

A única maneira de nos libertarmos do erro grave da AIDS e acabar com a tirania do medo que o protege, é abrir um debate internacional e discutir livremente tudo a respeito da AIDS. Teremos que descobrir um modo de fazer isso minimizando o sentimento de vergonha daqueles que mais arrogantemente abraçaram o modelo do HIV e o sentimento de raiva daqueles que mais seriamente sofreram com esse modelo. Mas a raiva deve ser deixada de lado rapidamente. É um erro destacar os vilões e quem deve ser punido. O erro da AIDS é um fenômeno sociológico cuja responsabilidade é compartilhada um pouco por todos.

Em última análise, o erro da AIDS não é, na verdade, relativo à saúde e à doença, nem à ciência e à medicina. O erro da AIDS está relacionado à saúde das nossas democracias. É pouco provável que o erro da AIDS tivesse acontecido e se mantido numa democracia saudável, em que um debate contínuo de todos os assuntos importantes é vigoroso e aberto, em que a crítica floresce e os críticos não são apenas tolerados, mas encorajados e admirados.

Uma democracia saudável exige que os cidadãos mantenham um olhar crítico, desconfiado até, sobre as instituições, de maneira a prevenir que se tornem os regimes autônomos e autoritários que são hoje. O erro da AIDS mostra que precisamos repensar e reestruturar nossas instituições de governo, da ciência, da saúde, do ensino superior, do jornalismo e dos meios de comunicação. Precisamos reestruturar os processos de editoração e financiamento científico para que não promovam e protejam algum dogma específico, determinada corrente de pensamento ou excluam idéias conflitantes. Um jornalismo robusto e realmente investigativo precisa ser ressuscitado, premiado e incentivado.

Finalmente, como cidadãos, devemos reassumir a responsabilidade pela nossa própria saúde e bem-estar e pela saúde das nossas democracias.

Depoimento de um soropositivo

Alejandro
(Cubano residente em Miami)

Cheguei de Cuba em 1993.Como todos os cubanos que chegam em solo americano, tive a sorte de adquirir a residência nos Estados Unidos. Os primeiros tempos foram terríveis psicológica, mental e emocionalmente. Tive que adaptar-me a um mundo novo e diferente, resignar-me a estar completamente só, separado de toda a família, que ficou na ilha, e suportar a angústia de retomar as rédeas de minha vida.

Precisamente nesse período de estresse e angústia, fiz vários exames clínicos, entre eles o teste do HIV. Uma semana depois, chegou a notícia pelo médico: " Seu teste do HIV deu positivo". O impacto psicológico foi terrível. Saí rapidamente do consultório, caminhei pelo parque sem saber para onde ir, aturdido, com as mãos na cabeça como um louco... Cheguei a pensar em me suicidar.

Passados alguns dias, aceitei meu novo estado: uma sentença de morte por padecer de uma doença mortal, contagiosa e incurável (pior que câncer). O curioso é que me sentia com perfeita saúde até o momento em que havia recebido a notícia. Já me adaptando à nova "pátria", estava alegre, forte, com saúde; nada me doía e tinha o desejo de viver. Entretanto, a partir desse momento, minha vida mudou por completo. Separei-me de minha noiva, por medo de contagiá-la, e sem poder lhe dizer o motivo da ruptura. Afastei-me dos amigos. Quase perdi o trabalho, porque não conseguia concentrar-me.

O médico me disse que eu devia começar a tomar os medicamentos contra AIDS. Mandou tomar AZT, 3 TC e mais outro, que agora não me lembro. Eu devia tomar aquele "coquetel" três vezes ao dia. A partir do momento em que comecei a tomar os medicamentos, realmente comecei a ficar doente. Perdi o apetite, me senti cansado, os músculos doíam e a cabeça também, sentia náuseas, comecei a ter problemas de digestão e, pela primeira vez, tive anemia. Sentia-me terrivelmente mal e, quando expliquei isso ao médico, ele disse que era a AIDS.

No início do ano 2000, ouvi falar pela primeira vez de um grupo de pessoas que haviam fundado uma organização para oferecer informação, orientação, assistência e conselhos aos casos como o meu — e em espanhol! Logo liguei para o Diretor, o Sr. Gerardo Sánchez, cubano como eu. Uma noite nos encontramos em uma cafeteria e, durante duas horas, ouvi atentamente tudo o que ele me dizia referente à outra visão não oficial que seu grupo defendia. Minha esperança de vida ficou renovada e senti um grande alívio. Ele me ofereceu uma série de documentos para me informar, pois essa foi a ênfase em sua conversa: informar-me. E assim fez.

Fiquei atônito ao saber que, no mundo, havia mais de 32 milhões de pessoas como eu, que não adoeceram de AIDS — com teste positivo do HIV — e que, além disso, nunca haviam tomado os famosos coquetéis — muitos deles durante mais de 15 anos. Eu pensava que a AIDS era algo novo, porém existem casos registrados na literatura médica desde o ano de 1872. O mais surpreendente foi saber que não existe prova científica da existência do famoso HIV. O mais devastador foi conhecer a enorme lista de efeitos colaterais causados pelos medicamentos receitados contra a AIDS.

A partir da entrevista com o Sr. Sánchez, segui seus conselhos. Dediquei-me a pesquisar e procurar na Internet. Entrei em contato com cientistas em cinco continentes e telefonei para dezenas de pessoas. Além disso, entrei em contato com diversos grupos, organizados em diversas partes do mundo, que haviam vencido a AIDS com tratamentos naturais, alternativos e holísticos. Todos gozam de perfeita saúde.

A primeira coisa que fiz foi tomar as rédeas da minha saúde e da minha vida. Embora muitos me critiquem, acho que a minha saúde é importante demais para atrever-me a colocá-la nas mãos de um médico.
Suspendi, por iniciativa própria, todos os medicamentos que estava tomando contra a AIDS, pois queria desintoxicar-me. Comecei a desintoxicar meu organismo e a fortalecer a defesa imunológica com produtos naturais. Também comecei a fazer exercícios: caminhadas rápidas durante 45 minutos, três vezes por semana.

Suspendi a carne vermelha e reduzi o consumo de aves. Suspendi o leite de vaca e todos os seus derivados, substituindo-os por soja. Comecei a adoçar meus alimentos com mel de abelha; suspendi o café e o cigarro que havia fumado durante 15 anos. Para fortalecer o sistema imunológico e desintoxicar-me, segui a seguinte norma:

a) Pela manhã, tomava uma colher de pólen.

b) Três vezes ao dia tomava meia xícara de cafezinho de um tônico elaborado com Ginseng e várias ervas.
Uma fórmula milenar.

c) Uma vez por dia tomava uma cápsula de Echinácea que contém, além desta planta, própolis e vitamina C. Esta combinação é um magnífico antibiótico natural.

Após um mês levando esse novo estilo de vida, já conseguia dormir oito horas profundamente. Todos os meus males e dores foram desaparecendo a tal ponto que me sentia quase em perfeitas condições. Passados três meses, gozava de perfeita saúde.

Como ninguém pôde me mostrar um documento que prove cientificamente que o HIV existe e, principalmente, que seja a causa da AIDS, nem que a "carga viral" seja eficiente e que a AIDS seja contagiosa, não creio nessa invenção estranha.

Acima de tudo, nem louco tornaria a tomar um medicamento, especialmente algum criado para "combater" a AIDS.

Entretanto, como sei que a imunodeficiência é adquirida pela exposição a fatores estressantes (nutricionais, mentais, físicos, biológicos e químicos), tomo cuidado para não me expor a essas circunstâncias. Sobretudo, não deixo de tomar o pólen granulado e muito menos o tônico, pois este produto fortaleceu a minha defesa e, desde que o tomo, tenho energia e desejo de trabalhar. Não me canso e estou bem alimentado, apesar de comer menos alimentos, porém bem selecionados. As hortaliças e as frutas não faltam nas refeições.

Hoje estou casado, minha esposa espera um nenê e todos estamos com saúde física, mental e espiritual. Graças a Deus não me deixei arrastar por essa loucura.

Você se contaminou
com a histeria da AIDS?

"A AIDS é a operação comercial
mais importante da nossa época"

Fatos científicos e fantasias:

inicialmente acreditava-se que AIDS (Síndrome de Imunodeficiência Adquirida) fosse uma resposta biológica a fatores ambientais, como abuso de drogas, excesso de antibióticos e desnutrição. Isso devido à predominância de doenças parecidas com AIDS entre grupos específicos de alto risco, sujeitos à influência de fatores imunodepressivos não- infecciosos (usuários de drogas injetáveis, homens homossexuais usuários de drogas e cronicamente expostos a DSTs, hemofílicos, bebês de mães viciadas);
nunca foi provado que a AIDS é causada por um vírus infeccioso, o HIV, ou outro e sua epidemiologia contradiz claramente as características de outras epidemias comprovadas. O " HIV contagioso" continua uma hipótese não comprovada;
a histeria do "HIV contagioso" e do " sexo pode matar" constitui propaganda descarada da indústria médico-farmacêutica, apoiada por agências governamentais, sustentadas por impostos que possuem interesses de política sexual e econômicos ocultos.
Contrário à opinião geral,
a vasta maioria das pessoas
não corre nenhum risco de contrair AIDS!

Histeria da AIDS no noticiário
Se você lê jornais ou assiste televisão, é bombardeado diariamente com mensagens afirmando que sua sexualidade é uma bomba-relógio, que um vírus presente no sangue sexualmente transmitido está solto na população, já matou milhares de pessoas e matará milhões nos próximos anos. Sem o menor pudor, você recebe conselhos para modificar os aspectos mais íntimos de sua vida amorosa. Estas declarações, sem qualquer disfarce, são emitidas pelas mais altas autoridades governamentais e médicas — com pouca ou nenhuma alusão a qualquer opinião científica divergente.
Entretanto, você deveria saber de alguns dados:
há várias centenas de cientistas e médicos dissidentes, que se opõem totalmente à teoria de um "HIV contagioso" que provoca AIDS. Há anos eles tentam divulgar as críticas que denunciam a má ciência que levou à atual histeria da AIDS;
entre os críticos da AIDS estão membros da Academia Nacional de Ciências dos EUA (Dr. Peter Duesberg) e vencedores do Prêmio Nobel (Dr. Kary Mullis, inventor da técnica PCR, que, segundo ele, é totalmente inaplicável para fazer "testes da AIDS");
críticos da AIDS têm sido rotineiramente silenciados e rejeitados pelos principais periódicos científicos, jornais e noticiários da televisão — todos controlados pelos mesmos interesses da indústria médico-farmacêutica, que está ganhando bilhões com a extensa histeria da AIDS;
mentiras oficiais sobre a AIDS estão sendo difundidas pelo governo, pela mídia e pela indústria médica, como as "mentiras oficiais" antigamente divulgadas pelo governo e pela indústria para apoiar testes nucleares e usinas atômicas. A censura foi ferramenta essencial usada contra os dissidentes durante os episódios anteriores e hoje está novamente sendo usada para silenciar os críticos da AIDS;
freqüentemente, conservadores apóiam a histeria da AIDS porque lhes oferece mensagens para deturpar a sexualidade como sendo inerentemente perigosa e má, ou para afirmar que a AIDS é " o castigo de Deus para os homossexuais e drogados pecaminosos". Os liberais muitas vezes apóiam a histeria da AIDS, porque se enquadra bem no auto-retrato como "amigos de homossexuais e viciados perseguidos" e evita qualquer crítica desagradável sobre aquilo que alguns gays e viciados na realidade fazem para adoecer. Ambos os enfoques políticos são mal direcionados e carecem de base científica.

Ciência por decreto
A tese duvidosa de que a AIDS era causada pelo vírus HIV foi anunciada durante uma conferência da imprensa em Washington — no mesmo dia em que entraram com requisição da patente para um "teste do vírus da AIDS". Somente mais tarde os estudos inacabados foram apresentados em periódicos científicos — de forma bem protegida contra crítica científica eficaz.

A "descoberta" degenerou rapidamente em ações judiciais internacionais, pois as amostras originais do vírus haviam sido, na verdade, roubadas de pesquisadores franceses. Os cientistas americanos e franceses chegaram a um acordo e uma florida "história oficial" foi escrita pelos protagonistas que, depois, compartilharam os lucrativos direitos de patentes. Surgiram acusações de fraude científica e toda a "descoberta do HIV" está manchada por ganância e luta pelo poder.

Hoje, a pesquisa da AIDS é dirigida somente à hipótese do HIV. Outras teorias sobre AIDS não recebem nenhuma verba para pesquisas. A pesquisa da AIDS é dominada por interesses estabelecidos, que perderiam bilhões se a imunodeficiência adquirida fosse reconhecida como não contagiosa, causada por drogas ou fatores ambientais.

O "teste do HIV" não tem valor
Em todo o mundo, cientistas independentes questionam a precisão dos assim denominados " testes da AIDS" (ELISA e Western Blot), mostrando, em pesquisas controladas, uma percentagem muito elevada de reações cruzadas falsas positivas devidas a fatores diferentes do HIV. Exposição anterior a tuberculose, clamídia, pneumonia, malária e outras 50 doenças podem ser causa de um resultado "soropositivo". Testes falsos positivos também ocorrem quando uma pessoa tem um histórico de amplo uso de antibióticos ou recebeu proteínas de sangue alheio (como em transfusões de sangue). Em resumo, os "testes da AIDS" são um arriscado charlatanismo médico oficial.

Se a pessoa teve um "resultado positivo" em um dos assim chamados "testes de AIDS", a única declaração cientificamente válida que pode ser feita é que — no passado, ou recentemente, ela esteve exposta a algum fator imunossupressor. Talvez tenha tido pneumonia, uma DST (Doença Sexualmente Transmissível) comum, recebeu uma transfusão de sangue, uma vacina... ou tomou algum antibiótico. Talvez tenha estado exposta à malária ou à tuberculose em algum momento da vida. Basta isso para provocar um " teste positivo", que nada informa sobre a presença do pretenso HIV.

O "super vírus HIV", como o super-homem, é um mito
Afirma-se que o HIV causa sintomas de muitas doenças fatais diferentes — mas apenas após dez anos ou mais. Até mesmo quando a pessoa está gravemente doente, supostamente morrendo de AIDS, é difícil, senão impossível, cultivar HIV de seu organismo. Pode haver um grande número de outros micróbios, mas se a pessoa foi etiquetada de "soropositiva", todos aqueles outros micróbios, via de regra, são ignorados.

Além disso, fotos microscópicas do puro HIV isolado nunca foram feitas ou publicadas, não obstante as afirmações contrárias. Chimpanzés, repetidamente injetados com o suposto HIV vivo, podem apresentar uma reação típica de anticorpos, mas continuam saudáveis, exceto pelos problemas provocados por anos de vida em uma gaiola de laboratório.
Da mesma forma, supostos acidentes com HIV por picadas de agulha entre o pessoal da saúde não produzem sintomas da AIDS — a menos que a medicação tóxica da AIDS seja ingerida. Estes e outros problemas graves atormentam a pesquisa da AIDS, mas pouco disso é abordado na informação divulgada pela mídia — informação destinada, na maioria das vezes, a assustar as pessoas desnecessariamente.

AIDS não é contagiosa
A verdadeira AIDS — na realidade uma disfunção do sistema imunológico — continua hoje, após mais de 20 anos, a afetar somente pessoas com fatores de riscos não contagiosos bem conhecidos.
A minoria de homossexuais masculinos que freqüentam as saunas e têm um estilo de vida folião, famoso pela ingestão de vastas quantidades de álcool, cocaína, anfetaminas, maconha, poppers (inalante de nitrato), excesso de antibióticos (como proteção contra as DSTs comuns nas saunas) e uma variedade de outras drogas e medicamentos.
Usuários de drogas intravenosas, que estão constantemente injetando substâncias alheias imunossupressivas na circulação sangüínea (com ou sem agulha limpa) e que freqüentemente também estão mal nutridos.
Hemofílicos, cujo histórico de fraqueza imunológica e múltiplas transfusões de proteínas de sangue alheio começou muito antes da era da histeria da AIDS. Em seu conjunto, os hemofílicos vivem hoje mais tempo do que antigamente, apesar de muitos estarem supostamente infectados com um HIV mortal.
A aceitação indiscriminada da "Autoridade Médica" também é um fator de risco... pois o diagnóstico "positivo" conduz a um medo mortal, com graves efeitos psicossomáticos. A maioria dos médicos prescreve medicamentos tóxicos contra a AIDS, como o AZT (outrora proibido na quimioterapia do câncer), que ataca o DNA celular produzindo sintomas de imunodeficiência, indistinguíveis do quadro clínico da AIDS. Estudos clínicos indicam que o AZT pode matar de 50% a 75% daqueles que o tomam regularmente. Outras drogas do "coquetel contra AIDS" não são menos agressivas.
A vida de muitas pessoas perfeitamente saudáveis está sendo destruída pelo diagnóstico charlatão da AIDS; perdem seu emprego e sua família devido às reações pública histéricas. Ficam doentes devido às drogas tóxicas contra AIDS e não recebem tratamento para seus verdadeiros fatores de risco (se é que existem). Fundamentalistas do HIV estão adquirindo um poder médico policial cada vez maior para intervir nas vidas de pessoas comuns.
Médicos e assistentes sociais chegam ao absurdo de ameaçar retirar à força o bebê da mãe "soropositiva" que se recusa a tomar AZT e outros "medicamentos" letais. A Organização Mundial da Saúde está, equivocadamente, aconselhando as mães do Terceiro Mundo a evitar a amamentação — baseada na idéia completamente sem fundamento de que "o HIV é transmitido pelo leite materno".
Pare agora com a histeria da AIDS!
Aprenda os fatos antes que sua vida ou
a vida de pessoas amigas seja destruída
pela ignorância médica e por mentiras letais!

_____